Escena – Fin de temporada 2022-23

Coronada y el toro, de Francisco Nieva sobresale junto a La voluntad de creer, dirigida por Pablo Messiez. Hemos asistido a una temporada sin la carga pandémica; pero se ha insistido en el lenguaje complaciente de nuestros tiempos

Coronada y el toro - Foto de Javier Naval
Foto de Javier Naval

La estela pandémica aún puede percibirse en las programaciones; aunque las funciones se han podido realizar con bastante normalidad. Lo que sí parece asentado en nuestros escenarios es la pertinacia de lo políticamente correcto, del bienquedismo con el respetable, del peloteo a los que dan de comer, y de un conservadurismo, en definitiva, que se ve a diestro y siniestro. Sigue leyendo

Coronada y el toro

Francisco Nieva revive en el Matadero gracias a un montaje extraordinario dirigido por Rakel Camacho

Coronada y el toro - Foto de Javier Naval
Foto de Javier Naval

Rakel Camacho nos entrega en la Sala Max Aub del Matadero el que posiblemente sea el espectáculo más sobresaliente de la temporada. Ha tenido que recurrir, eso sí, a Francisco Nieva (1927-2016); porque nuestro panorama dramatúrgico no está muy boyante. Sexta obra dentro del teatro furioso del polifacético artista de Valdepeñas que escribió en 1974 y que dirigió en su estreno de 1982. Otro día nos preguntaremos por qué no es presencia constante este autor (poco más que Salvator Rosa, hace unos años). En cualquier caso, todo en esta propuesta es arriesgado. Primero por su complejidad, aunque todas las claves las llevemos impresas, quizás a nuestro pesar, en el ADN español; segundo porque la «rapsodia» implica ensamblar plásticamente demasiados asuntos y el aire barroco y hasta el glam pueden repeler a más de un espectador. La burricie se da la mano con el horterismo, mientras las energías telúricas nos destinan a la creación más genuina y consistente. Sigue leyendo

Salvator Rosa o el artista

Una obra sobre el arte como antídoto contra los abusos del poder en la época del Barroco

Salvator Rosa - FotoFrancisco Nieva nos lanza al Nápoles de mediados del siglo XVII. El Duque de Arcos, a la sazón virrey de España, se sacó de la manga un impuesto sobre la fruta y la revolución de los comerciantes y las gentes del lugar no tardó en montarse. A la cabeza se puso Masanielo, un pescador que cayó presa de su locura y del propio enloquecimiento de la masa indignada. Comenta Nieva que los espectadores encontraremos paralelismos con nuestro presente. Últimamente no hay evento, publicación o motivo del pasado que no se identifique con el 15 M y el «movimiento de los indignados». Ciertamente es una visión muy superficial de los acontecimientos actuales, pero también esto forma parte del sino de los tiempos. Sigue leyendo