Una historia de amor

La estrella de la dramaturgia francesa, Alexis Michalik, irrumpe en los Teatros del Canal con una obra cargada de inverosímil sensiblería

Retrato por el Fotografo Pablo Lorente
Foto de Pablo Lorente

Supongo que este es el tipo de teatro que haría las delicias de Albert Boadella. Blanca Li ha sabido abrir la mirada para llegar a todos los públicos, y dar cabida a un montaje que, después, en buena lid, será explotado por un teatro comercial, como ya se anuncia. Una historia de amor es la peor obra que he podido contemplar en los Teatros del Canal. Yo entiendo que afirmar esto de un espectáculo que es firmado y dirigido por un «niño maravilla», pues supone un gran atrevimiento y, seguramente, sea un gesto de soberbia elitista. Lo reconozco. Sigue leyendo

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La cocina

Sergio Peris-Mencheta comanda un montaje grandioso sobre la Europa convulsa de los años cincuenta

Foto de marcosGpunto
Foto de marcosGpunto

La Bestia, igual que el Leviatán de Hobbes, es un mini-estado en forma de cocina, donde todos sus habitantes deben cumplir con las reglas que han aceptado para que sea posible alcanzar la armonía. Sergio Peris-Mencheta, con sus 41 años, se juega, con esta oportunidad que le ha brindado el Centro Dramático Nacional, obtener un prestigio que lo lleve a la élite española de la dirección escénica. Desde mi punto de vista, antes de analizar el resto de elementos, el madrileño ha logrado dar un aldabonazo con esta propuesta tan ambiciosa y tan sugerente. Ha sabido plasmar con maestría ese espíritu inasible del perspectivismo, de la amalgama que forman toda una serie de personajes muy distintos que se van compactando a través de la angustia vital, la esperanza ensoñadora y la perceptible alienación. Nos encontramos en Londres, el 8 de agosto de 1953, el día que los germanos verían condonada parte de la deuda contraída por aquel doloroso y humillante Tratado de Versalles, y las posteriores condenas. Mangolis, un pinche chipriota, el trabajador más joven de todos, un tipo vitalista, sin el peso de la tradición y la amargura sobre sus hombros, una especie de símbolo conciliador de los nuevos tiempos, es el primero en llegar al curro del Marango’s. Sigue leyendo