Las Cervantas

El «caso Ezpeleta» sirve de excusa para reivindicar el papel de la mujer en los comienzos del siglo XVII

las-cervantas-fotoSe están dando en nuestra sociedad últimamente con mayor profusión toda una ristra de endebles proposiciones culturales que se empeñan en obviar lo verosímil con tal de entretener vanamente o, en otros casos, encontrar las fuentes de ciertas ideologías de gran predicamento en la modernidad, en concreto, el feminismo. El falseamiento de la historia socioeconómica y sus costumbres que se da en muchas series de televisión españolas es clamorosa, no hay más que fijarse en Velvet que, por lo visto, transcurre en una burbuja espacio-temporal donde el franquismo no afecta y los personajes femeninos viven como si disfrutaran de todos sus derechos (flaco favor. Ante todo no hay que amargar al espectador). Mutatis mutandis, Inma Chacón y José Ramón Fernández nos quieren vender que las Cervantes (peyorativamente las Cervantas; aunque con mucho orgullo) eran prácticamente unas librepensadoras, unas intelectuales, casi revolucionarias, unas libertarias republicanas avant la lettre (con monja y todo); es decir, un despropósito, máxime cuando en la nota de prensa leemos: «Las hermanas de Cervantes, libres, cultas, que viven de su trabajo componiendo ropa, que han sobrevivido a los abandonos y la falta de palabra de hombres defendidos por los usos de la época…». Si no se acota esta libertad a lo que de verdad pudo ser, es fácil que parte del público más crédulo trasponga valores actuales con los de aquel periodo. Por lo tanto, se induce al engaño. Nos situamos en 1605, concretamente el lunes 27 de junio, en las afueras de Valladolid. Sigue leyendo

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