Henar Frías interpreta el célebre monólogo que cierra el Ulises de Joyce a través de una mirada entre jocosa y taciturna
El capítulo 18 del Ulises (el que corresponde a «Penélope») es convertido por el escritor irlandés, James Joyce, en el espejo de su antiheroico protagonista Leopold Bloom, para que su mujer, Marion Tweedy, lo siga retratando. ¿O acaso esta gibraltareña de 34 años tiene suficiente entidad como personaje? En parte sí, desde luego, pero no olvidemos que por detrás está el lascivo novelista amante de las epístolas pornográficas. Quiero afirmar con esto que este último episodio no es una separata; sino, más bien, un epílogo de la odisea por la capital irlandesa de un tipo —y su colega, más joven y sensato, Stephen Dedalus (a pesar de su pelea)— que, tras una jornada corriente, y después de estar un rato de juerga por los burdeles, regresa a casa para acostarse en la cama donde su mujer permanece en vigilia y él no tiene más remedio que rehacer la huella en las sábanas de algún amante interpuesto. Sigue leyendo