Una alegoría insidiosa y sagaz sobre nuestra democracia y nuestro país dirigida por Patricia Benedicto en Nave 73
Parece lógico, en estos tiempos de supuesta crispación —diría, por ejemplo, que nuestro parlamento es una sospechosa balsa de aceite comparado con otros hemiciclos y otras épocas—, donde las trincheras de la nimiedad se cancelan y se la cogen con papel de fumar, tratar sobre la Política en su encarnación alegórica; aunque se entrevera indefectible y filosóficamente con «lo político». También es cierto que dada la tendenciosidad de gran parte del teatro tildado de «político» que trufa nuestra escena, cualquier espectador avisado acuda a ver la propuesta de la compañía La trapecista autómata, con los prejuicios afinados y a flor de piel. Y sí que encontramos varios detalles más escorados hacia un prototípico lado de nuestra historia, fundamentalmente en algunas frases de los últimos minutos, que recuerdan a proclamas de corte guerracivilista, cuando el discurso principal, como vamos a ver, se maneja desde una perspectiva teórica muy distinta. Y, además, la gansada grotesca de proceder con la «Gasolina», de Daddy Yankee, que es ya un lugar común de corte clasista, y que está muy relacionado con la visión peyorativa que se tiene del reguetón, por estar vinculado, en general, con estratos sociales bajos. Sigue leyendo