Alma Vidal expone sus cuitas generacionales en una dramedia caótica en el Teatro Pavón
Otra vez que una dramaturga del siglo XXI no renunciará a los mecanismos artísticos trillados de nuestro presente (que vienen de hace ya tanto). A saber: mucha metaliteratura en el modo de mostrar el work in progress, los tintes autoficcionales y mucho yoísmo hasta el punto de situar como protagonista a un dramaturgo. Déjenme repasar únicamente propuestas del mismo estilo en el último mes: De Nao Albet y Marcel Borràs, Las apariciones y, de forma más convencional, Goteras. Es una tendencia que dura demasiados años. Y una tendencia no puede ser un arte. Sigue leyendo

