Puesta en escena del célebre texto de Arthur Miller, quien se propuso crear una alegoría del macartismo

Actualmente, cuando se habla de una «caza de brujas», se pretende dar a entender que algún poder imperante se dedica, de modo inquisitorial, a perseguir a cierto grupo de individuos por razones políticas, morales, religiosas, económicas, etc. Es decir, ya se ha extendido la cuestión estrictamente supersticiosa a cualquier ámbito cultural. De todos es conocido, principalmente porque competió a estrellas de Hollywood, el proceso por el cual el senador Joseph McCarthy emprendió una cruzada contra todo lo que oliera a comunismo y, por lo tanto, a antiamericanismo. El propio Arthur Miller se vio enredado en aquellos juicios y esto le sirvió como acicate para tomar los hechos acaecidos en Salem en 1692 como alegoría de lo que estaba ocurriendo en su país. Este asunto, evidentemente, no es baladí, puesto que nos podemos inclinar hacia motivos concretamente políticos (por mucho que se haya instigado a ciertas poblaciones a ver a los rojos como seres que llevan cuernos y cola), depurando el componente religioso. Sigue leyendo