Los nuestros

Lucía Carballal presenta en la sala grande del Teatro Valle-Inclán un consistente drama sobre una familia sefardí para discurrir sobre la memoria

Foto de Bárbara Sánchez Palomero

Es muy difícil no mantener en la memoria algunas de las obras de Wajdi Mouawad que han aflorado en los teatros españoles en los últimos años, y que han tratado con insistencia la cuestión familiar y sus circunstancias religiosas. Sin ir más lejos, hace poco se presentaba Todos pájaros, y, un mes antes, Madre. Claves similares se nos aproximan en estos momentos; aunque algunos códigos nos resulten más cercanos. Sigue leyendo

Oveja perdida

Brai Kobla ha montado un artefacto inmersivo sobre los mecanismos de alienación laboral en la Sala Cuarta Pared

Oveja perdida - FotoQue el dispositivo ya es llamativo de inicio, no lo vamos a negar. Desde luego que experiencias teatrales inmersivas, donde el espectador asiste de pie a lo acontecido, mientras se desplaza alrededor, se proponen de vez en cuando. Aquí Brai Kobla nos sumerge en varios planos simultáneos, en un caos determinado por la improbabilidad que el público debe desentrañar. Mucho me temo, que parte de los asistentes se quedarán con la rareza del acontecimiento y con los gestos humorísticos que trufan el espectáculo; sin embargo, las claves, aunque establecidas de manera aviesa, están ahí. Sigue leyendo

La voluntad de creer

Pablo Messiez ha partido de la obra La palabra (Ordet), popularizada en el cine por C. T. Dreyer, para actualizar la relación entre la fe y la verdad, en un espectáculo dotado con una inteligente ironía

La voluntad de creer - Foto de Laia Nogueras
Foto de Laia Nogueras

Pablo Messiez ha traído con soberana inteligencia el drama realista (La palabra) del danés Kaj Munk, convertido en un clásico del cine por Dreyer, a nuestro presente vaporoso desde una ironía demoledora. Y, aunque parezca increíble, ha logrado desarrollar una función altamente divertida, con tintes berlanguianos y absurdos.

Primeramente, el dramaturgo y director porteño suelta a su habitual troupe para que nos convoquen hacia el acontecimiento. Crean una atmósfera anticipatoria muy fértil, que pretende romper con la cuarta pared en un diálogo con el público que no irá únicamente por la trillada idea metateatral, sino hacia una dimensión religiosa, estética o existencial, según sea el lugar desde el que accedamos al relato. Sigue leyendo