Festen

María Goiricelaya adapta la célebre película de Vinterberg aportándole un aire de sofisticación para un espectáculo provocador

Festen - Foto de Moreno Esquibel
Foto de Moreno Esquibel

En el año 2005, Pablo Ley subió a las tablas una adaptación de Festen, aquella película que lanzó Thomas Vinterberg en 1998 para dar a conocer los presupuestos del movimiento Dogma, que había «pactado» (el «voto de castidad») con su colega Lars von Trier. Luego, en 2007, para el CDN, fue Magüi Mira quien la emprendió con este argumento. Ambas procedían sobre la blancura, sobre esa higienización escénica que provocara el choque, cuando llegara la impudicia. María Goiricelaya le ha introducido un peculiar aire de sofisticación, por el que podemos conectar más. Un ritmo muy ágil, un gran distanciamiento a través de la elegancia y una capacidad de síntesis muy favorable para la intensidad que se propicia. Sigue leyendo

Yerma

María Goiricelaya se deja influir por Lorca para concretar un texto que profundiza en el sufrimiento de todas aquellas mujeres que hoy no logran ser madres

Yerma - Foto de Diego Mayor HuescaEmpecemos aseverando que titular Yerma a esta obra es casi un clickbait y que los espectadores deberían estar más que avisados de que aquí no está Lorca. Dejémoslo en que la escritora María Goiricelaya se ha inspirado en la tragedia del dramaturgo granadino. Cualquiera puede comprobar que ni lenguaje, ni época, ni personajes, ni siquiera el argumento quedan reflejados. Apenas el tema se trae a colación; pero desde una perspectiva sociocultural bastante diferente. Esta es la principal pega que le puedo encontrar a un montaje magnífico y de gran intensidad; también, quizás, que se alarga demasiado y que reitera el mismo motivo en exceso (puede que la última escena, la de la fiesta, sugerente y onírica, llegue un poco tarde). Claro que, cuando hablamos de una obsesión, la repetición es obvia. Sigue leyendo