Le congrès ne marche pas

La Calòrica nos traslada al Congreso de Viena para trazar un paralelo con el presente de manera ridícula

Le congrès ne marche pas - Foto de Sílvia Poch
Foto de Sílvia Poch

Con lo que ocurre en el desenlace de este montaje ─una escena tan enormemente significativa que trastoca cualquier interpretación de lo acontecido antes─ bien podríamos plantearnos cerrar los teatros públicos aspirantes a auspiciar la contemporaneidad. Definitivamente no merece la pena. Si el público jalea la mayor patochada, la mayor ridiculez vista en los últimos tiempos, podemos retirarnos. No me importa destripar el asunto. Sigue leyendo