Oriol Pla reúne a su familia para crear una obra sobre ellos mismos y su oficio en un planteamiento embriagante
Si una propuesta va de una familia de cómicos, de payasos, de juglares, y no aborda estrictamente su periplo vital, entonces, de qué va. Pues de la esencia genuina de estos aviesos seres que cruzan la historia de las sociedades, en esa situación de marginalidad, de apuntalamiento cínico en la grieta, de vagabundeo entre la melancolía y la irrisión, de estar sin estar mientras el mundo se vuelve loco. Los bufones surcan el tiempo más allá del bien y el mal. Privilegiados en su precariedad. Por esto mismo, el planteamiento de este espectáculo es tan coherente. Porque poseer un firme argumento sería transgredir su pertinacia. Sigue leyendo