Roberto Rivera construye una tragedia que enfrenta en escena a Cicerón y a Catilina en las circunstancias de la conocida conjuración

La actualidad política, con su cochambre, con sus falsedades y con toda esa corrupción inherente al ser humano, sigue dialogando con hitos del pasado con verdadera pertinacia. Nos retrotrae Roberto Rivera a ese célebre momento en el que Marco Tulio Cicerón, con sus Catilinarias (concretamente la cuarta) vence en el senado a Lucio Sergio Catilina (108-62 a. C.), que es condenado a muerte. Este había sido un político que la historia nos lo ha descrito como un depravado, un asesino y un maledicente. La conjuración de Catilina, de Salustio, recorre los planes de aquel para hacerse con Roma. Sigue leyendo
