Una cuestión de formas

La obra de Neil LaBute discurre por los marcos de la comedia romántica para indagar sobre la metamorfosis de las personas a través de la intervención artística

Una cuestión de formas - Foto de Geraldine Leloutre
Foto de Geraldine Leloutre

La confusión moderna entre estética y arte daría para una obra mucho más filosófica si Neil LaBute, quien publicó este texto en 2001, para después trasladarlo él mismo al cine con el título Por amor al arte (traducirlo más fielmente como Una cuestión de formas es mucho más sugerente; porque incide tanto en las convenciones culturales como en el debate formalista que se puede plantear hoy en las dramaturgias contemporáneas) no la hubiera ahormado con los clichés de la comedia romántica. Los productos de este género, previos a la explosión de las redes sociales y el uso permanente del teléfono móvil, se antojan pacatos en los modos, ingenuos en los empeños costumbristas de antaño. Todo ha cambiado en exceso en la comunicación. Sigue leyendo